Ilustraciones de la leyenda escrita en el manuscrito: Genealogía y Descendencia de los de la Casa y Familia de Pinós. Dirigida a la Excelentísima Mujer Isabel Margarita de fijará y de Pinós, Duquesa de fijará y Condesa de Belxit, escrito por Bernat Galceran de Pinós en 1620, y conservado en el AMSMB.
No hay testigos que confirmen la participación de Galceran de Pinós en la conquista, pero dada la categoría y empuje de los Pinós es verosímil la presencia del caballero en la empresa bélica; en ese momento era el jefe de la agrupación permanente de gente armada al servicio del conde.
El cautiverio y petición de rescate de personajes de alto linaje era práctica habitual en las colisiones entre sarracenos y cristianos. Así, el obispo Udalgard de la diócesis catalana de Elna se quejaba en el concilio de Narbona, convocado el año 1134, que algunas comarcas de su diócesis habían sufrido incursiones de piratas que habían capturado algunos cristianos, por el rescate de los que pedían ciento doncellas vírgenes; su testimonio está bien alejado del descabdellament legendario, pues las jóvenes eran robadas y trasladadas a las naves que debían conducir a su negro destino, con gran llanto y lamentos de sus madres.
En este concilio se dicta un decreto solicitando limosnas para el rescate de cautivos. Esta forma de actuar se prolongó hasta bien entrado el siglo; podemos citar los casos de intercambio de cautivos y rescates que se produjeron en las costas tarraconenses, en concreto tenemos conocimiento de que se llevaban a cabo rescates de prisioneros en la ermita de la Virgen de la Pineda, en Vila-seca, entre los años 1555 y 1564.
Por lo tanto, hay una coincidencia temporal entre el concilio de Narbona en 1134 y la campaña de Almería en 1147; estos hechos históricos sustentan y dan sentido a la leyenda que los embellece e interpreta.